¡Hola Londres! Mi nombre es Marijo y soy adicta al pasty

¡Hola Londres! Mi nombre es Marijo y soy adicta al pasty

En estos días he estado bastante ocupada y me había dedicado a escribir algunos artículos de opinión, por lo que había abandonado las crónicas del viaje que hice en diciembre de 2013 a Inglaterra junto a Enrique, para conocer a su mamá y hermana. Pero aquí estoy de nuevo, vasito de “cuba libre” en mano, completamente relajada para seguirles contando por qué pienso que Londres es una “ciudad perfecta”.

London

Regresábamos de Barcelona (España) y debíamos tomar el tren desde el aeropuerto de Gatwick hasta la estación más cercana a casa de nuestras anfitrionas. La enorme cantidad de información en las pantallas, y la multitud aglomerada en la zona de venta de boletos, resultaban abrumadoras. Sin embargo fue allí, en medio del fragor de miles de viajeros y rostros confundidos que buscaban puertas de embarque, que conocí una de las cosas más deliciosas que he probado en mi vida: el pasty.

Quizás para muchas personas es un simple pastelito relleno de carne guisada pero, para mí, fue un descubrimiento gastronómico digno de un lugar en mi Top 10 de comidas más sabrosas del mundo.

Mientras Enrique estaba en una taquilla de información me descubrí a mí misma frente a un quiosquito súper bello decorado con colores anaranjado y negro. Era un puesto de la famosa franquicia West Cornwall Pasty Co.

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Best Cornwall Pasty

En mi muy pobre inglés conversacional le pregunté a la encargada de qué eran aquellas “empanaditas” humeantes que acaparaban mis sentidos de la vista y el olfato. Apenas pude distinguir las palabras “steak” y “pepper” en la respuesta, lo cual fue suficiente para desenfundar mi tarjeta de crédito y pedir uno para llevar, las respectivas papitas “chips” y un té Lipton con la esperanza de que, estando en Londres, tenía que ser el mejor té frío industrializado del planeta.

Cuando por fin llegamos al vagón del tren, éramos los únicos a bordo. Así que, sin pena alguna, abrí mi bolsita contentiva de aquel sabor por descubrir y organicé mi propio picnic para dos sobre una de las mesas. Debo confesar que la idea del té fue mala, porque realmente es aborrecible. Pero ¿el pasty?… ¡El pasty es otra historia!

Pasty



Imaginen una carne de ternera que, producto de una cocción muy lenta, adquiere una textura súper suave que no ofrece la más mínima resistencia al mordisco, acompañada de papas picaditas, cebollas y nabos. El preparado se envuelve y hornea en una “masa quebrada” que tiene el equilibrio perfecto entre una gustosa y auténtica comida casera, recién salida de los fogones de la abuela, y el incomprensiblemente adictivo sabor de la comida rápida.

Por supuesto que, después de ese día, no pude volver a ver un puesto de pastys (hay muchas franquicias y quioscos de particulares) sin pedir algunos “para el camino”, a pesar de que la mamá de Enrique me advirtió que eran muy calóricos; pero la tentación era demasiada.

Si van a conocer Londres no pierdan la oportunidad de probar estas “empanadas británicas”, especialmente porque si después tratan de hacerlas en casa se darán cuenta que es más complicado de lo que parece y nunca van a quedar igual.

En lo que a mí respecta, después de ese día dejé de pensar en Johnny Depp cada vez que escucho la palabra pirata… Ahora el corsario de mis sueños viene pintado en anaranjado y negro, tiene una barba prominente y come pastys enormes con una sonrisa medio maquiavélica y todo.

west cornwall pasty

María José Flores

Gracias por sus post en mi Facebook y los comentarios en mi perfil de Twitter: @MarijoEscribe

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